¡¡Aahhh, la sabrosa nostalgia!! Rruizte nos remite a la añoranza del extraordinario Mimo, que nos dio ocasión de conocer fabulosas drama-comedias con el virtuosismo de su inigualable expresión corporal, no obstante haya habido -desventajas del tercermundismo- dos que tres despistados (por decir lo menos) que allá, al fondo de las filas de espectadores lanzara el grito espeluznante de "¡No se oye!", con acentos aguardentosos...
1 comentario:
¡¡Aahhh, la sabrosa nostalgia!! Rruizte nos remite a la añoranza del extraordinario Mimo, que nos dio ocasión de conocer fabulosas drama-comedias con el virtuosismo de su inigualable expresión corporal, no obstante haya habido -desventajas del tercermundismo- dos que tres despistados (por decir lo menos) que allá, al fondo de las filas de espectadores lanzara el grito espeluznante de "¡No se oye!", con acentos aguardentosos...
Publicar un comentario