—¡Ole, Maese Rruizte! Pero, con el debido respeto, esos bichitos existen paradójicamente por la tauromaquia, de otro modo ya los abrían extinguido, como extinto quedó el Uro allá por 1600 y feria cuando mataron al último que quedaba, mayor en tamaño al toro de lidia, y más "peligroso" e inútil para su domesticación, como ocurre con el toro bravo actual. Las paradojas en la existencia continúan mientras no acabemos de llegar a homo sapiens y sepamos qué hacer con todo lo que existe, en verdadera armonía con el universo.
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—¡Ole, Maese Rruizte! Pero, con el debido respeto, esos bichitos existen paradójicamente por la tauromaquia, de otro modo ya los abrían extinguido, como extinto quedó el Uro allá por 1600 y feria cuando mataron al último que quedaba, mayor en tamaño al toro de lidia, y más "peligroso" e inútil para su domesticación, como ocurre con el toro bravo actual. Las paradojas en la existencia continúan mientras no acabemos de llegar a homo sapiens y sepamos qué hacer con todo lo que existe, en verdadera armonía con el universo.
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